En los últimos años, el mercado de los metales preciosos de inversión se ha vuelto cada vez más exigente: hoy en día un lingote debe tener las mismas propiedades estéticas que una joya.
Utilizando las máquinas disponibles en el mercado antes del lanzamiento del HS-VF260, se podían fabricar productos de calidad razonable, pero a los operadores les resultaba difícil gestionarlos.De hecho, la calibración de los parámetros de trabajo y el mantenimiento ordinario estaban casi exclusivamente limitados a personal altamente especializado.
El lanzamiento del HS-VF260 revolucionó el sector: empresas de todo el mundo recibieron hornos de túnel a medida, escalables según los tipos de producción (lingote desde 1 onza, hasta 400 onzas o 1000 onzas), cuyo mantenimiento era accesible.
La única solución fue diseñar un horno de túnel de inducción con una interfaz fácil de usar (pantalla táctil HMI), que pudiera incluso desmontarse por completo con una sola llave.
El horno está al aire libre y la llama está siempre encendida, por lo que los riesgos de accidentes laborales son muy elevados.
Mayores riesgos de pérdida de metal.
Importante emisión de humos, cuya recuperación resulta muy costosa para la empresa, y desarrollo de un fuerte campo electromagnético.
Muchos consumibles, como los crisoles, se utilizan y desgastan rápidamente, lo que implica elevados costes operativos.
La calidad del lingote acabado (brillo, pureza, planitud) es media-alta.
El horno requiere la presencia constante de operadores.
Sistema de fundición al vacío de oro con horno de túnel
El nodo del túnel de fusión está controlado por las siguientes áreas/lugares de trabajo: